Fecha creación: 28/07/2020
La glucosa es la principal fuente de energía para el cuerpo humano Con la digestión, a lo largo del tubo digestivo se pone en marcha una cadena de transformaciones químicas que convierte los alimentos en nutrientes y estos en elementos más pequeños, que son absorbidos en el intestino.
Todas las células del cuerpo necesitan energía para estar en activo, mantener las funciones vitales (como el latido cardíaco, movimientos digestivos, respiración...) y además mantener la temperatura corporal y los movimientos musculares.
Los alimentos transitan por el tubo digestivo y, al llegar al intestino delgado, la glucosa pasa a la sangre.
La glucosa pasa del intestino a la sangre y del torrente circulatorio a las células.
La sangre se encarga de transportar la glucosa al:
+ Hígado (glucosa de reserva)
+ Cerebro y todas las células del cuerpo
Para entrar dentro de las células y ser utilizada como energía, la glucosa necesita la mediación de la insulina. La insulina es como la llave que, encajada en la cerradura, abre la puerta de las células.
El cerebro y las células del tejido nervioso son las únicas de todo el cuerpo que reciben glucosa directamente del torrente sanguíneo sin la mediación de la insulina. La glucosa es, en este caso, la única fuente de energía.
La insulina es una hormona del aparato digestivo que tiene la misión de facilitar que la glucosa que circula en la sangre penetre en las células y sea aprovechada como energía.
La insulina se produce en el páncreas, concretamente en las células beta pancreáticas.
El páncreas es una glándula situada detrás del estomago, al mismo nivel que el hígado, pero en la parte izquierda de la cintura. Cuando ingresan alimentos que contienen hidratos de carbono, se activan unos sensores y el páncreas empieza a producir insulina que libera directamente a la sangre, disminuyendo los valores de glucosa y manteniendo así el normal equilibrio.
En personas diabéticas este equilibrio se ve afectado, debiendo cuidar la ingesta de alimentos con carbohidratos.
Fecha creación: 17/02/2020
La diabetes es una enfermedad en la que se presentan concentraciones elevadas de glucosa en sangre de manera persistente o crónica.
Existen dos tipos fundamentales de diabetes: la Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) y la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2). Estos dos tipos de diabetes se diferencian en las causas que las provocan, los síntomas, las características, el tratamiento, y la edad de las personas a las que afecta.
La diabetes tipo 1 (DM1)
En este tipo de diabetes, el propio sistema inmunitario del paciente produce una destrucción de las células beta del páncreas, lo que origina una deficiencia total de insulina. La insulina es la hormona que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo.
Se caracteriza por ser crónica, ya que una vez que ha aparecido, la enfermedad no remite y requiere llevar un tratamiento de por vida. Las personas diagnosticadas de diabetes tipo 1 han de administrarse inyecciones de insulina a diario o bien estar conectados a una bomba de insulina para poder llevar un control adecuado de sus niveles de azúcar en sangre.
La diabetes tipo 2 (DM2)
Aunque la diabetes tipo 2 puede afectar a personas de cualquier edad, incluso niños, se desarrolla con mayor frecuencia en personas adultas y mayores. La mala alimentación, la obesidad y una vida sedentaria son, entre otros, algunos de los factores que pueden provocar este tipo de diabetes
Tratamiento Alimentario en la Diabetes
Una persona con diabetes debe adaptar la alimentación, el ejercicio y el tratamiento (insulina o pastillas) para evitar los cambios bruscos de azúcar en sangre ya que tener diabetes significa que el organismo no puede controlar la glucemia en forma automática. La persona con diabetes debe pensar lo que come: qué, cuánto y cuándo, para tratar de compensar la falla en el efecto de la insulina.
Alimentación para ayudar a controlar la glucemia:
- Eliminar el azúcar y los alimentos que la contengan
- Fraccionar la alimentación a lo largo del día, evitar pasar más de 4 horas sin ingerir alimentos.
- Incorporar alimentos con fibra
- Perder peso en el caso que esté por encima del peso recomendado y mantenerlo.
- Hacer ejercicio regularmente.
- No fumar.
Fecha creación: 03/02/2020
La presencia en un alimento de su rótulo “sin azúcar”, “sin azúcar agregado” y “reducido de azúcar” no implica que no tenga hidratos de carbono, lo importante es verificar la cantidad de carbohidratos totales, observar los ingredientes que lo componen, analizar la información en su conjunto y decidir si este alimento es lo que queremos consumir.
A la hora de comprar nuestros alimentos poder identificar cuál es el adecuado no es una tarea fácil, siempre se nos presentan dudas, confusiones y no sabemos que es lo que estamos consumiendo.
Es importante conocer la información sobre el contenido de nutrientes que se declara en el rótulo y que se encuentra en una sección denominada Información Nutricional. Deben leerse todos los ingredientes, quizá lo rotulen como “sin azúcar” y sólo hace referencia al agregado, pudiendo contenerla naturalmente.
Es preciso saber que las declaraciones como por ejemplo la que asegura “sin azúcar”, “sin azúcar agregado” y “reducido de azúcar”, no implica libres, aun contienen carbohidratos.
Un alimento que se expresara "cero" o "0" o "no contiene" es aquel que posee como máximo 4 Kcal y 0.5 gr de carbohidratos por porción (expresada en gr o en ml). Entre los ejemplos se incluyen las bebidas dietéticas, los postres de gelatina sin azúcar, los helados de palito sin azúcar, los chiclets sin azúcar y los jarabes sin azúcar.
Los alimentos “sin agregado de azúcar” no reciben agregados de azúcar de ningún tipo durante el procesamiento o el envasado y no contienen ingredientes con alto contenido de azúcar. Pero pueden tener un alto contenido de carbohidratos naturalmente.
Los alimentos que se declaran como “reducidos en azúcar” poseen comparándolo con el alimento tradicional o estándar un 25% menos de carbohidratos.
La educación en alimentación es una de las herramientas más importantes con las que cuenta el consumidor.
Mediante ellas podrá elegir correctamente todos aquellos alimentos que le permitan llevar adelante su tratamiento sin sentir privaciones, simplemente optando con su paladar y sus conocimientos.
Fecha creación: 15/05/2019
Es importante conocer la información sobre el contenido de nutrientes que se declara en el rótulo y que se encuentra en una sección denominada Información Nutricional. Deben leerse todos los ingredientes, quizá lo rotulen como “sin azúcar” y sólo hace referencia al agregado, pudiendo contenerla naturalmente.
La presencia en un alimento de su rótulo “sin azúcar”, “sin azúcar agregado” y “reducido de azúcar” no implica que no tenga hidratos de carbono, lo importante es verificar la cantidad de carbohidratos totales, observar los ingredientes que lo componen, analizar la información en su conjunto y decidir si este alimento es lo que queremos consumir.
A la hora de comprar nuestros alimentos poder identificar cuál es el adecuado no es una tarea fácil, siempre se nos presentan dudas, confusiones y no sabemos que es lo que estamos consumiendo.
Es preciso saber que las declaraciones como por ejemplo la que asegura “sin azúcar”, “sin azúcar agregado” y “reducido de azúcar”, no implica libres, aun contienen carbohidratos.
Los alimentos “sin agregado de azúcar” no reciben agregados de azúcar de ningún tipo durante el procesamiento o el envasado y no contienen ingredientes con alto contenido de azúcar. Pero pueden tener un alto contenido de carbohidratos naturalmente.
Los alimentos que se declaran como “reducidos en azúcar” poseen comparándolo con el alimento tradicional o estándar un 25% menos de carbohidratos.
La educación en alimentación es una de las herramientas más importantes con las que cuenta el consumidor.
Mediante ellas podrá elegir correctamente todos aquellos alimentos que le permitan llevar adelante su tratamiento sin sentir privaciones, simplemente optando con su paladar y sus conocimientos.
Existe una aplicación llamada Comoequilibrar, la cual ayuda a leer las etiquetas de los alimentos, y a seleccionar los nutrientes o ingredientes a cuidar, es muy útil y didáctica.
Fecha creación: 21/11/2018
El foco para 2018 es Familia y diabetes. El núcleo familiar es la unidad básica que, en muchos casos, determina el éxito en la prevención de enfermedades crónico - degenerativas. En el caso de familias con algún miembro que ya padezca esta enfermedad, muchas variables relacionadas con el control de la diabetes, están asentadas en las prácticas sociales, y por lo tanto en las familiares. Las enfermedades crónicas, por lo general se combinan factores genéticos con condiciones ambientales. Estas últimas se engloban en el término “estilo de vida” que lo forman la alimentación, el ejercicio y el manejo del estrés. Pero más allá de ello, el estilo de vida tiene que ver con la manera en la que creamos nuestros hábitos cotidianos. Un hábito puede ser desde nuestro horario de sueño, hasta la hora en la que se consumen los alimentos. Estos hábitos se construyen socialmente: los horarios en los que comemos por ejemplo, están normados a partir de lo que se ve en casa y son moldeados por nuestras experiencias posteriores de vida. En este sentido, la familia juega un rol importantísimo en la programación de nuestros hábitos de vida. Por ello, es que se hace hincapié sobre su rol en la prevención. Es un hecho antropológico, que la cultura conlleva la transmisión: de ideas, de modos de ver el mundo, de hábitos y costumbres. A nivel biológico, esta transmisión impacta sobre nuestro bienestar integral como personas. En el caso de las personas con diabetes, el apoyo de su núcleo familiar en el cuidado de su enfermedad resulta esencial en el éxito del control. La paradoja, es que el cuidado de un miembro de la familia con diabetes en muchas ocasiones, resulta una carga emocional fuerte para todos los miembros de la familia que también debe ser atendida. En la Diabetes, el tema familiar nos ayuda a reflexionar más allá de las enfermedades en relación a su costo para el Estado, o en sus causas y efectos para quien las padece. Una enfermedad modifica sin duda no sólo a quien la padece, si no a su círculo social más cercano. Es por ello, que la atención integral sobre el bienestar y la prevención, se deben centrar también en aspectos que tomen en cuenta factores sociales, culturales y psicológicos que propicien un mejor estilo de vida. La integración y los cambios en el estilo de vida de todo el grupo familiar, permite al diabético, naturalizar su cuidado, resultando más fácil cada cambio y su continuidad en el tiempo, con éxito en el manejo de su enfermedad.
Fecha creación: 10/08/2017
El Cromo está presente, como otros oligoelementos, en los alimentos que ingerimos. Sus cantidades son pequeñas y pueden variar en función a la modificación que pueda sufrir el alimento, por calor o en los procesos de industrialización a los que pueda ser sometido. El Cromo es un oligoelemento esencial que potencia la acción de la insulina e interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Algunos estudios demuestran que podría utilizarse como complemento para facilitar el control del azúcar en la sangre en las personas que padecen diabetes. Los alimentos que contienen cromo son: la carne, los mariscos, los pescados, los huevos, los cereales y harinas integrales, las frutas secas, algunas frutas y vegetales frescos. El mecanismo por el cual potencia la acción de la insulina, está en estudio aún, pero podría promover la absorción celular de la insulina al facilitar su transferencia por parte de la membrana de las células. Los suplementos con Cromo podrían mejorar el control del azúcar en la sangre en personas con diabetes. Las personas que no padecen de esta enfermedad, no demuestran ninguna mejoría en sus niveles de glucosa sanguínea al suplementar Cromo, por lo cual no tiene sentido agregarlo. La cantidad de Cromo recomendada en una alimentación equilibrada va de 30 a 100 microgramos al día. Es poco probable superar esas cantidades y producir efectos negativos sobre la salud. La dosis máxima demostrada inocua para la salud llega a 1 miligramo al día. Si la alimentación del diabético es equilibrada e incorpora todos los grupos de alimentos, excluyendo los azucares simples, la cantidad de Cromo incorporada es la adecuada. Alimentos que aportan Cromo: Alimento cada 100 gramos microgramos de Cromo Mejillón 128 Nuez 100 Ostras 58 Dátil deshidratado 30 Pera 27 Harina Integral 23 Tomate 21 Champiñón 17 Brócoli 17 Cabada Integral 12 Carne de Cerdo 11 Yema de huevo 6 Carne de ternera 3 Arenque 3
Fecha creación: 10/08/2017
El Indice Glucémico de los alimentos juega un rol muy importante en el manejo de la energía y el nievel de la glucosa en la sangre. El Indice Glucémico es un índice numérico que indica la velocidad que un alimento es convertido en glucosa y cuanto tiempo dura ese nivel en la sangre después de haber ingerido el mismo. El alimento ideal es el de Bajo Indice glucémico ya que mantiene los niveles de energía de manera estable, evitando aumentos y descensos de la glucosa sanguínea, por ende los mecanismos de emergencia para la utilización de la glucosa, que implican una disminución del rendimiento psico-físico. La utilización de este Indice glucémico tiene como finalidad, mantener estables los niveles de glucosa en la sangre. Conocer así los alimentos y sus funciones dentro del organismo, permite armar las comidas principales o colación o snacks, adecuadamente, a efectos de evitar ayunos mayores a 4 horas lo cual provoca descensos de la glucemia con aumento del apetito, disminución del rendimiento, decaimiento etc. Los snack se utilizan entre dos comidas, manteniendo así niveles sanguíneos de glucosa estables. El aporte de los snack puede ser a través de: barra de cereal, 1 manzana, naranja o pera, 1 yogurt, trozos de muzzarella, banana, orejones de frutas, frutas secas, etc. De acuerdo al lugar donde se encuentre se adapta el alimento a utilizar como colación o snack. Una buena opción es poner en práctica la combinación de los alimentos con bajo y moderado índice glucémico (yogurt descremado + cereales sin azúcar) ó alimentos de bajo con uno de alto IG ( leche descremada + 1 rebanada de pan), con el objetivo de mantener valores estables de glucosa en la sangre. De acuerdo a su índice se agrupan los alimentos en tres categorías: alto, moderado y bajo . Alto Indice Glucémico: se transforman rápidamente en glucosa, aumentando los niveles sanguíneos bruscamente, como consecuencia se segrega una importante cantidad de insulina quien retira la glucosa de la sangre, bajando así los niveles nuevamente. Este efecto dura sólo 30 minutos. Moderado Indice Glucémico: se convierten en glucosa en tiempo moderado, provocando un manejo de los niveles de glucosa de manera moderada. Mecanismo que dura aproximadamente 1 hora. Bajo Indice glucémico: se transforman en glucosa muy lentamente estimulando pequeñas concentraciones de Insulina. Efecto que se sostiene durante 2 horas. Estas herramientas permiten realizar diferentes actividades, garantizando estabilidad en sus glucemias y mejorando físicamente.
Fecha creación: 10/08/2017
Alrededor de 415 millones de personas de todo el mundo tienen la enfermedad, que es costosa, pero se puede prevenir. Una nueva investigación muestra que los niños obesos, quizá tengan cuatro veces más probabilidades que los niños con un peso sano a haber desarrollado diabetes tipo 2 a los 25 años de edad. "A medida que la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso ha aumentado rápidamente, una cantidad cada vez mayor de niños y adultos jóvenes han sido diagnosticados con diabetes ", comentó el coautor del estudio, Ali Abbasi, investigador en el Colegio del Rey de Londres. El equipo comparó el estatus de diabetes con el índice de masa corporal (IMC) de unos 370,000 niños de 2 a 15 años de edad. El IMC es una medida que se usa para determinar si una persona tiene un peso sano para su estatura. El estudio encontró que 654 jóvenes fueron diagnosticados con diabetes tipo 2 y 1,319 con diabetes tipo 1 entre 1994 y 2013. Casi la mitad de los que tenían diabetes tipo 2 eran obesos. Pero no hubo un vínculo entre la obesidad y las tasas de diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune, anotaron los investigadores. "La diabetes impone una carga muy pesada en la sociedad porque la afección es común y tratarla es costoso", "Los estimados indican que uno de cada once adultos tiene diabetes tipo 2, lo que equivale a unos 415 millones de personas en todo el mundo. Dado que la diabetes y la obesidad son prevenibles desde principios de la vida, con algo de suerte nuestros hallazgos y otras investigaciones motivarán al público y a los legisladores a invertir y a participar en los esfuerzos de prevención de la diabetes". La base de la prevención es la educación en hábitos de vida saludables, cuidando la alimentación y promoviendo la práctica de actividad física.
Fecha creación: 10/08/2017
La prevalencia de la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) mundial se duplicó a como así el gasto mundial generado por la atención de los pacientes que actualmente integra el 12% del costo total de la atención médica. Debido a que la DMT2 está muy relacionada con los factores del estilo de vida potencialmente reversibles, es poco probable que la solución sea la medicalización. Algunos creen que ha llegado el momento de cambiar el enfoque. Los hallazgos recientes sobre la falta de actividad física y la salud muestran nuevas oportunidades para abordar la epidemia de diabetes. Tanto la obesidad como la diabetes son la consecuencia de la disparidad entre la biología humana y el medio ambiente humano contemporáneo. Cada vez hay más evidencia que muestra que las condiciones sociales actuales promueven el sedentarismo crónico (por ej., estar sentado durante un tiempo prolongado). Esta inactividad relativa junto con una nutrición poco saludable son metabólicamente tóxicas: distorsionan la composición corporal y perjudican la regulación de la glucemia. A medida que los políticos y los líderes comerciales y empresariales ─y las personas comunes y corrientes─ comprendan el mecanismo por el cual la inactividad conduce a la DMT2, las campañas de prevención tendrán que tener un compromiso mayor. El público ha sido informado hasta el hartazgo de que el ejercicio y el control del peso son esenciales para prevenir la DMT2, pero no se le ha proporcionado una información comprensible que lo convenza de que existe una relación entre estos factores y la base biológica de la DMT2. Una perspectiva evolutiva, junto con el concepto de competencia de los receptores de insulina, puede llenar esa necesidad. Evitar los azúcares (azúcares, dulces, bebidas y alimentos con azúcares, etc) y controlar las porciones de los carbohidratos (papa, batata, pastas, arroz, legumbres, cereales, panificados, etc) son esenciales a la hora de cuidar la alimentación. El control de la ingesta sumado a la práctica regular de actividad física, son clave para el manejo y control de la enfermedad.
Fecha creación: 10/08/2017
El conocimiento sobre su enfermedad, los alimentos y la práctica de actividad física, por parte del paciente diabético y su entorno, le permite un mejor control de sus niveles de glucosa en la sangre y evita complicaciones futuras. Autor: Lic. Cristina Maceira Una vez más insistimos en que no existen dietas esquematizadas, iguales para todos las personas diabéticas, aunque manifiesten la misma dificultad para el manejo de la glucosa en la sangre. La absorción de esos mismos nutrientes es diferente en cada persona, de acuerdo a su metabolismo, a la combinación de los alimentos, a la práctica de actividad física, etc. Por lo tanto las recomendaciones generales pueden adaptarse, ajustarse o ampliarse de acuerdo a estos factores y al manejo del paciente de sus glucemias. El control de los carbohidratos ó hidratos de carbono, es esencial para el correcto manejo de su enfermedad. No deben preocuparse sino ocuparse de su alimentación y de la práctica de actividad física, pilares fundamentales para estar sanos. La utilización de controladas cantidades de hidratos de carbono dentro de su plan de alimentación, permite sostener en forma crónica, una buena adhesión a la dieta, facilitando la variedad en cuanto a sabores, colores y aporte de nutrientes. Los carbohidratos que no se recomiendan, como generalidad en el diabético son los de absorción rápida, como azúcares, jalea, mermeladas, golosinas, helados, confituras, productos de repostería ó toda preparación a la que se le agregue azúcar. Los carbohidratos complejos que encontramos en alimentos tan discutidos como cereales, legumbres, papa, choclo, harinas, banana, entre otros, son de absorción lenta (no producen aumentos rápidos en los niveles de glucemia) pueden utilizarse en las cantidades recomendadas con tranquilidad. La incorporación de fibra, como aportan diferentes cereales integrales, legumbres, choclo, etc, permiten que la absorción de los carbohidratos sea aún más lenta y en menor proporción. No olvidemos que la práctica de actividad física, es una recomendación tan importante como el control de la ingesta de hidratos de carbono, requiriendo ésta la utilización de los mismos como combustible ó energía. El conocer sobre su enfermedad, los alimentos y la práctica de actividad física, por parte del paciente diabético y su entorno, le permite un mejor control de sus niveles de glucosa en la sangre y evita complicaciones futuras.
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