Fecha creación: 10/08/2017
Constituye la primera causa de ceguera irreversible en todo el mundo. Pero, según un estudio podría ser reversible. Cerca de un millón de españoles padece glaucoma, conjunto de hasta 60 enfermedades oculares que conllevan a la ceguera por una degeneración progresiva del nervio óptico. De hecho, el glaucoma constituye la primera causa de ceguera irreversible en todo el mundo. Pero según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Infantil de Boston (EE.UU.) y publicado en la revista «Cell», la pérdida de visión provocada por el glaucoma podría ser revertida, cuando menos parcialmente, con la combinación de una terapia génica para regenerar el nervio óptico y la administración de un fármaco que ayuda a canalizar los impulsos visuales desde el ojo hasta el cerebro. A día de hoy, la mayoría de estudios realizados para restaurar la visión en modelos animales –ratones– de ceguera por glaucoma se han basado en el bloqueo de genes de supresión tumoral, lo que si bien promueve la regeneración del nervio óptico también puede inducir el desarrollo de un cáncer. Es decir, han empleado métodos que sólo pueden llevarse a cabo en un laboratorio. Y en este contexto, destacan los autores de este nuevo estudio, «nuestra investigación es la primera en restaurar la visión con un enfoque que puede ser realmente utilizado en la práctica clínica. Y, además, no interfiere con los genes de supresión tumoral». Es más; «creemos que en un futuro se podrá alcanzar el mismo beneficio solo con la administración de fármacos y sin necesidad de terapia génica», apuntan los investigadores. Terapia génica y farmacológica En el estudio, llevado a cabo con un modelo animal –ratones–, los investigadores utilizaron una terapia génica para regenerar el nervio óptico. Concretamente, inyectaron un virus con factores de crecimiento específicos en los ojos de los animales. El problema es que, cuando se regenera el nervio óptico, las fibras nerviosas –o ‘axones’– recién creadas no se encuentran recubiertas de mielina, por lo que no son capaces de llevar los impulsos nerviosos desde el ojo hasta el cerebro. Como explica Zhigang He, director de la investigación, «los axones regenerados que, sin embargo, carecen de la envuelta de mielina tienen una conducción muy pobre. La velocidad de los impulsos no es suficientemente rápida para permitir la visión». Entonces, ¿cómo solventar este problema? Pues simplemente administrando un fármaco, dalfampridina, ya aprobado en el tratamiento de la esclerosis múltiple y que es capaz de fortalecer las señales nerviosas en ausencia de mielina –la esclerosis múltiple se caracteriza por la pérdida de mielina de las neuronas. Así, los investigadores combinaron la terapia génica con el fármaco, lo que resultó en que los impulsos visuales fueran capaces de llegar hasta el cerebro. Visión ‘parcial’ Y los ratones, ¿recuperaron la visión? Pues solo parcialmente. Pero al menos fueron capaces de ver una serie de barras y de seguir su movimiento con la vista. Como apunta Michela Fagiolini, co-autora de la investigación, «hicimos que las barras fueran cada vez más delgadas, lo que nos permitió comprobar no solo que los animales podían ver, sino que su visión había mejorado. Fuente: Confederación Farmacéutica Argentina (COFA)
Fecha creación: 10/08/2017
Un estudio halla que el daño en los vasos sanguíneos por una presión arterial elevada aumenta las probabilidades de la enfermedad ocular. La hipertensión a largo plazo podría aumentar el riesgo de glaucoma, una enfermedad de los ojos, según un estudio reciente. Los investigadores dijeron que sus hallazgos sugieren que los médicos deben tomar en cuenta la presión arterial de un paciente cuando gestionen el glaucoma, la segunda causa principal de ceguera en todo el mundo. El glaucoma ocurre cuando una presión excesiva dentro del ojo hace retroceder a la sangre que intenta ingresar en el ojo. Se pensaba que dado que la hipertensión (presión arterial alta) garantiza que la sangre pueda entrar al ojo, debería contrarrestar la presión ocular alta que provoca glaucoma. Pero este estudio de hipertensión a plazo corto (una hora) y largo (cuatro semanas) en ratas con una presión ocular elevada halló que la hipertensión a largo plazo en realidad aumenta el riesgo de glaucoma. El estudio aparece en una edición reciente de la revista Investigative Ophthalmology & Visual Science. "Cuando aumentamos la presión arterial... durante cuatro semanas, no obtuvimos la misma protección contra la elevación de la presión ocular que en el caso [de una hora]", señaló en un comunicado de prensa de la revista el autor del estudio, Bang Bui, del departamento de optometría y ciencias de la vista de la Universidad de Melbourne, en Australia. "Lo que esto significa es que tener hipertensión durante más tiempo dañaba la capacidad del ojo de afrontar una presión ocular alta", explicó Bui. "Parece que la hipertensión podría dañar los vasos sanguíneos del ojo de forma que no puedan compensar los cambios en el flujo sanguíneo cuando la presión ocular aumenta". Estos hallazgos podrían ayudar a los médicos a tratar a las personas con glaucoma. En lugar de considerar a la hipertensión como beneficiosa para los pacientes de enfermedad ocular, se debe considerar como un factor de riesgo de glaucoma, planteó Bui. Se necesita más investigación para determinar la mejor forma de tratar la hipertensión en personas que también contraigan glaucoma, según los investigadores. Los científicos señalan que frecuentemente la investigación con animales no produce resultados similares en humanos. Fuente: Intra Med
Fecha creación: 10/08/2017
La Sociedad Argentina de Oftalmología nos detalla los aspectos más importantes para tener en cuenta. 1) Influencia de la comida y la bebida en el Glaucoma. Existen algunos estudios que muestran que si se toma una cantidad importante de líquido en poco tiempo (por ejemplo 1,5 litros en menos de 5 minutos), puede elevarse la presión intraocular. Esto ha sido tomado por algunos investigadores como un test que, hoy en día, es poco utilizado. Igualmente es difícil tomar tanto líquido en tan poco tiempo. Tanto la ingesta normal de líquidos como de comidas no tienen influencia en el glaucoma. 2) El ejercico y el yoga, a considerar. El ejercicio regular y constante ayuda a disminuír la presión intraocular. El ejercicio brusco y fuerte puede elevar la presión intraocular en pacientes con glaucoma pigmentario. En cuanto al yoga, las posiciones invertidas (cabeza para abajo) pueden elevar la presión intraocular. 3) La vida cotidiana. Un paciente con glaucoma controlado puede vivir una vida cotidiana sin problemas. Es frecuente que el glaucoma genere molestias con la luz (fotofobia). Su oftalmólogo verificará el orígen de esas molestias y su eventual tratamiento. Trate de ajustar las dosis de los medicamentos a su vida cotidiana. Coméntele al oftalmólogo todas las medicaciones que toma, así como cuéntele a su médico todas las gotas que se coloca en el ojo. Fuente: Sociedad Argentina de Oftalmología
Fecha creación: 10/08/2017
Un film super delgado, similar a un lente de contacto, que se adhiere al ojo sin irritar ni obstaculizar la visión, y que libera gradualmente un fármaco para frenar el avance de la ceguera producida por el glaucoma. Un film super delgado, similar a un lente de contacto, que se adhiere al ojo sin irritar ni obstaculizar la visión, y que libera gradualmente un fármaco para frenar el avance de la ceguera producida por el glaucoma. La frase describe sintéticamente el dispositivo terapéutico creado y recientemente patentado por un equipo de científicos del Departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), en Argentina. El desarrollo innova en la forma de administrar Acetazolamida (AZM), un farmaco utilizado en el tratamiento de esta patología ocular crónica, que en Argentina tiene gran incidencia en mayores de 61 años. A nivel mundial, se estima que esa enfermedad afectará a 80 millones de personas para 2020. El glaucoma se caracteriza por un aumento de la presión intraocular que genera daño irreversible en el nervio óptico y disminuye progresivamente la visión. Puede detectarse a tiempo con estudios oftalmológicos periódicos, pero no puede revertirse cuando ya produjo pérdida de la vista. Drogas como la AZM mantienen la presión intraocular baja y evitan el avance de la enfermedad. Actualmente la única forma de administrar ese fármaco es por vía oral, ya que se trata de un compuesto poco soluble como para aplicarlo en gotas tradicionales. Para asegurar su efecto, hoy se utilizan dosis elevadas, lo que genera efectos adversos como diuresis o enfermedades en la sangre (discrasias severas). El film ocular creado por los científicos de la UNC, en cambio, es una lámina de polímeros biocompatibles que se coloca en el saco conjuntival del ojo, donde se adhiere y queda anclado. Así se evita que los “mecanismos de barrido”, como el parpadeo y las lágrimas, lo muevan o expulsen mientras libera gradualmente el compuesto activo. Según explica Santiago Palma, miembro del equipo de investigación, este sistema asegura la llegada de la droga al interior del ojo en forma eficiente, evitando los efectos adversos de su ingesta. Y, en ese sentido, destaca que el dispositivo puede permanecer mucho tiempo en el ojo sin generar irritación o molestias. “Esto es fundamental, porque la eficacia terapéutica reside en mantener la presión ocular baja, condición que solo se logra con la acción del fármaco”, aclara. Las láminas oculares fueron creadas con polímeros utilizados en la industria farmacéutica para producir comprimidos, inyectables o cosméticos. La originalidad de la idea radicó en la combinación de diversos tipos de materiales. “La ventaja es que ya están autorizados por entidades sanitarias, se sabe que no son tóxicos. En el trabajo, tuvimos en cuenta la posibilidad de cargar esos films con otros fármacos: es decir, son una plataforma que puede tener otros usos terapéuticos”, continúa Palma. El 70% de los medicamentos utilizados en oftalmología se aplican como gotas. Pero solamente son efectivos si se administran frecuentemente, ya que las barreras fisiológicas del ojo eliminan la mayor parte y apenas ingresa entre el 1% y el 3% del fármaco. Esa fue una de las razones por la cual los investigadores consideraron el film de polímeros. Además, este material tiene la ventaja de ser maleable incluso en tamaños delgados y es bioadherente, es decir, se pega a las mucosas con cierto grado de permanencia y eficacia. Durante los experimentos con animales (conejos), los autores probaron láminas realizadas con diversas combinaciones de polímeros y midieron la velocidad de liberación del medicamento, el grado de adhesión de la película y la irritación provocada. “Para que la droga sea liberada de forma lenta y constante debimos someter la película a un proceso de recubrimiento. El film queda adherido al ojo por lo menos dos días sin generar irritación, resiste los movimientos de barrido naturales y, al mismo tiempo, es posible sacarlo sin producir daño ni molestia”, aclara Palma. También realizaron pruebas para medir la duración del efecto terapéutico de la droga. “Si una gota –que se lava en una hora– puede aplicarse cada ocho horas, un film que libera fármaco constantemente durante ocho horas, podría ponerse una vez al día, por ejemplo”, describe el científico. Hasta ahora, los investigadores pudieron mantener la liberación constante de fármaco durante ocho horas, pero suponen que ese tiempo puede extenderse y, correlativamente, espaciar la aplicación de las películas. Mejorar la frecuencia de colocación no es un tema menor. Por un lado, la única forma de impedir el avance de la enfermedad es mantener la presión ocular baja, lo que implica mantener constante la acción terapéutica de la droga. Por el otro, diversos estudios aseguran que el 25% de los pacientes con enfermedades crónicas no cumplen correctamente el tratamiento. A esto se agrega que el glaucoma afecta sobre todo a mayores de 60 años, pacientes que generalmente están polimedicados. Por esa razón, contar con un dispositivo de fácil aplicación, que pueda colocarse una vez al día o cada dos o tres días, impactaría positivamente en la adhesión a la terapia y en la calidad de vida de estas personas. Respecto a la forma de colocar las láminas, los científicos plantean que deberían incorporarse a un aparato similar a las inyecciones de insulina, recargable con cartuchos de films. De esa manera, el paciente presionaría sobre el ojo levemente, pegaría uno de los discos y el resto se mantendría estéril. Aunque todavía no se han realizado pruebas en humanos, los experimentos que respaldan la eficacia de este invento son contundentes: en cuatro horas lograron reducir la presión intraocular en el 40% de los animales que participaron en la experiencia, lo que convierte a este sistema de administración tópica de la AZM, en una de las terapias más efectivas para frenar la ceguera provocada por el glaucoma. Los investigadores apuestan a que próximamente inversores privados se interesen en este desarrollo y realicen las acciones necesarias que lleven este invento del laboratorio a las farmacias. Fuente: Consenso Salud
Fecha creación: 10/08/2017
Los científicos trabajan ahora en unas gotas para los ojos que esperan que algún día combatan a la principal causa de ceguera en EE. UU. Un novedoso estudio con ratones ha arrojado nueva luz sobre la base molecular del glaucoma, que es la principal causa de ceguera en Estados Unidos. Basándose en sus hallazgos, los investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern en Chicago dijeron que están trabajando para desarrollar unas gotas para los ojos que podrían algún día curar la enfermedad en las personas. "Es un gran paso adelante en la comprensión de la causa de la enfermedad que roba la vista a 60 millones de personas en todo el mundo", comentó en un comunicado de prensa de la Northwestern la autora principal del estudio, la Dra. Susan Quaggin, nefróloga de la universidad. "Nos da una base para desarrollar nuevos tratamientos". El glaucoma, que no tiene cura, bloquea la salida del fluido del ojo, que entonces acumula una presión que puede dañar a la retina y al nervio óptico. El vaso que es esencial para el drenaje adecuado del ojo se conoce como canal de Schlemm. Usando un modelo ratonil del glaucoma, los investigadores identificaron una vía de señalización química que es esencial para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento adecuado del canal. La vía requiere una sustancia llamada Tie2 y un factor de crecimiento llamado angiopoyetina. Si una de las dos faltaba, los ratones no podían producir los canales de Schlemm y contraían glaucoma, informa el estudio, publicado en 9 de septiembre en la revista The Journal of Clinical Investigation. "Sin duda determinamos que la vía es crítica", anotó Quaggin. "Ahora sabemos que esas dos sustancias son factores claves en el desarrollo del glaucoma, algo que no se sabía antes". Aunque el estudio fue con ratones, y los estudios en animales con frecuencia no producen resultados similares en los humanos, los investigadores dijeron que se espera que sus hallazgos sean relevantes para el glaucoma en las personas. Tanto Tie2 como la angiopoyetina probablemente tengan que ver con el glaucoma humano, sugirieron. "El modelo ratonil es tan similar a lo que vemos en los pacientes de glaucoma", dijo Quaggin. "Ahora podemos comprender cómo la presión elevada lleva al daño de las neuronas en el nervio óptico". Quaggin, directora del Instituto de Investigación Cardiovascular Feinberg y jefa de nefrología e hipertensión del Hospital Conmemorativo Feinberg y Northwestern, trabaja junto con un equipo de científicos para desarrollar una gota para los ojos que haga que el vaso, o canal de Schlemm, bloqueado vuelva a crecer. "Ahora nuestra meta es crear nuevas 'tuberías' o vasos para curar el glaucoma", concluyó Quaggin, que también es catedrática de medicina Charles Mayo de la Feinberg. "Imagínese si pudiéramos crear un canal de Schlemm más grande en todo el que tenga glaucoma para reducir la presión del ojo. Eso es lo que esperamos con la nueva gota para los ojos". Fuente: Medline Plus
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